En artículo publicado el día de hoy, viernes 9 de julio en el diario La República, Ronald Gamarra reflexiona sobre la represión y homofobia existente en el Perú y el mundo.
Asimismo, hace un llamado a la sociedad en general para participar en la IX Marcha del Orgullo a realizarse el sábado 10 de julio.
A continuación reproducimos el texto completo del Artículo.
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Día del Orgullo
Por Ronald Gamarra
Entre los abusos más antiguos y brutales que merecen registro en una historia universal de la infamia dolorosamente real y no simplemente literaria o metafórica, se tiene que contar en primerísimo lugar la estigmatización y la marginación sistemática de las diferencias, de las disidencias, lo que en última instancia expresa la permanente represión de la libertad y de quienes se atreven a ejercerla.
La homosexualidad ha sido considerada como una de las disidencias más peligrosas y por ello dignas de castigo, odio y ensañamiento. La represión de las supuestas “desviaciones” con respecto al estereotipo de géneros y el paradigma dominante heterosexual, llena un capítulo vergonzoso manchado de los peores crímenes en la historia de todos los Estados, todas las sociedades y todas las religiones. Reconocer esto representa el primer paso de una necesaria expiación y reparación del daño causado a innumerables seres humanos a lo largo de la historia por su sexualidad disidente.
A pesar de los progresos logrados en las últimas décadas, en el mundo y en el Perú, tenemos todavía mucho por hacer para erradicar las persistentes raíces de la homofobia. Es parte de la lucha por eliminar toda forma de discriminación y marginación. La lucha por la dignidad de las minorías es una lucha por la dignidad humana, por la dignidad de todos los seres humanos. Porque la opresión de una minoría necesariamente conlleva la represión de los que engreída y engañadamente se creen protegidos por una condición de mayoría, que en último análisis es más aparente que real.
Este 10 de julio se realizará la IX Marcha del Orgullo, en que las organizaciones de activistas lesbianas, gays y trans manifestarán, junto con todos los que sin serlo quieran acompañarlos, por el orgullo de ser los seres humanos que son, espontáneamente dignos y rebeldes y vocacionalmente resistentes, como parte de la comunidad y la condición humana.
Desde la una de la tarde irán reuniéndose en el Campo de Marte para luego marchar por la ciudad, reivindicando la necesidad de una ley de igualdad y no discriminación, una ley contra los crímenes de odio, el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans, entre muchas otras reformas que deben hacerse realidad para permitir su derecho a la plena igualdad y la vida en dignidad.
Este sábado, marchemos todos con ellos, con el orgullo de ser los seres humanos que somos. Ni más pero tampoco menos que nadie.